Tal vez
una de las herramientas más fascinantes e incomprendidas de la justicia penal y
la criminología es el examen de Polígrafo, más comúnmente conocida como la
prueba del Detector de Mentiras.
Mientras
que las pruebas se basan en principios científicos relativamente simples, no
cualquiera puede conectarte a un instrumento y empezar a disparar preguntas. En
el detector de mentiras en cambio se lleva a cabo por técnicos altamente
capacitados y disciplinados, conocidos como examinadores de polígrafo.
En si el
polígrafo opera en la idea de que decir una mentira causa estrés para la
mayoría de las personas, y que el estrés a su vez produce respuestas
fisiológicas mensurables de variada intensidad y que ocurren en una corta
ventana de tiempo imposible de alterar conscientemente.
El
polígrafo es todavía objeto de mucho escepticismo y la incomprensión. Sin
embargo, ha demostrado ser una herramienta útil para las investigaciones
internas y penales y de inteligencia, tanto en los sectores público y privado.